martes, diciembre 05, 2006

IDEAS LEY DE LA MÚSICA 1

Hace rato que tengo ganas de escribir acerca de una soñada ley de la música. Varias veces he empezado a escribir este artículo pero siempre me enredo. El problema es que no se nada de leyes, ni del funcionamiento del congreso, ni de nada, pero si tengo un par de ideas que en mi opinión ayudarían a mejorar el panorama de la música en Colombia. De una vez aclaro, para que no panda el cúnico, que no se trata de fusilar a los tropipops, bombardear Sayco y acimpro o de juzgar por enriquecimiento ilícito a los payoleros de la radio. De hecho mis propuestas no tienen nada que ver con ninguno de estos tres males y su utópica erradicación. Tiene que ver específicamente con las entidades que manejan recursos públicos para la cultura y de las universidades públicas y privadas.

Para que mis ideas funcionen habría que crear primero un escalafón, esto para que el trabajo de los músicos, no comerciales, sea valorado de acuerdo al tiempo que llevan ejerciendo la profesión y a sus logros y no a la fama o la palanca. El caso de Rock al parque, por ejemplo. Hay bandas que llevan 10 años tocando, han grabado varios discos e incluso han salido del país y sin embargo, si pasan a las convocatorias, se les paga la misma suma que a una banda de garaje. Esto no es justo desde ningún punto de vista. Otro caso que se genera es la guerra del centavo. Hace poco lleve una propuesta a una entidad distrital y allá me dijeron que básicamente la contratación dependía de que “les tirara bien barato”. Con este sistema eso se acaba… El trabajo de un profesional vale tanto y el de un aficionado tanto. De ahí en adelante la escogencia depende del burócrata de turno, pero hasta allá si no llego... Básicamente habría dos criterios a tener en cuenta. Espacio para todos los grados del escalafón y para todos los géneros.

La creencia general es que ser buen músico es ser famoso. Obviamente esto no es cierto pero hay que reconocer que muchos se han dormido en los laureles. Con el escalafón se lograría que los músicos se esfuercen por grabar y profesionalizarse cada vez más. Por ejemplo a un grupo no famoso que ha grabado 3 o 4 discos, que ha ganado premios distritales o nacionales y lleva 10 años de conformado se le pagaría una tarifa dos veces mas alta que a un grupo que apenas esta empezando y 6 superior al de un grupo aficionado. Sin embargo para todos habría espacio y a todos se les pagaría la cifra justa. Eso si, depende de cada cual si se gasta la plata en trago o grabando discos!.

Con respecto a la universidad debo decir que a lo largo de estos años he tocado en no menos de 15. En casi todas el discurso es el mismo: Es que no hay plata para la cultura, es que aquí se le brinda “el espacio” pero no hay con que pagarle, es que jueque que jueque! La universidad debería estar en la obligación de ofrecer una programación artística variada que incluya desde música folclórica, hasta las últimas tendencias, contando con un presupuesto que incluya músicos, ingenieros, montaje etc. Esto no es solo para beneficio de los músicos, si no de los estudiantes. Mejor dicho para que una universidad funcione debe estar en capacidad de ofrecer cultura. Lo que pasa ahora es que la mayoría de universidades tienen un presupuesto para la cultura que generalmente se gastan en un par de eventos de entretenimiento. Prefieren pagar a un músico de moda una cifra exorbitante dos veces al año que tener una programación seria durante todo el periodo de estudios. Para la programación del resto del año se recurre a bandas que apenas se están formando y se les ofrece “el espacio”. Lo más grave es que bandas con mayor trayectoria se les da el mismo trato. El presupuesto de la cultura no se puede gastar en entretención, estas pueden ir juntas, pero no son lo mismo. La idea es que haya varios espacios con presupuestos diferentes que se asignen dependiendo de el escalafón del que hablamos arriba y bajo los mismos dos criterios. Algo importante aquí es que el dinero para pagar estos eventos podrá provenir de patrocinios de la empresa privada. Por ejemplo: que una empresa financie la programación de un semestre a cambio de publicidad. A su vez la empresa tendrá beneficios tributarios por invertir en la música. A mi no me parece tan difícil.

Hablo específicamente de las universidades y de estas entidades porque tienen el dinero, el deber y porque es más fácil “fiscalizarlas”. No hay quien controle los bares, ni los bazares, ni las ferias, ni se trata de sindicalizar a todos los músicos pero si de poder valorar su trabajo con una regla real y no por la fama, ni la palanca. 20 universidades con programación semanal en 32 semanas de clase al año son 640 conciertos pagos que en este momento no existen. Ahí habría trabajo para mucha gente: esto por el lado de los artistas también podría aplicarse a la danza y al teatro y por el lado de los espacios a los colegios y centros comerciales. Se crearía toda una dinámica alrededor del arte en estos espacios con públicos que gozarían de una verdadera oferta y con solistas, bandas, orquestas, gripos y compañías compitiendo por subir en el escalafón.

Lo que se espera del estado es que invierta mejor el dinero que destina a la cultura y por otra parte que premie a las empresas que la financian. Eso es todo. No se si eso se logre con una ley o que haya que hacer. Estas son apenas unas ideas sobre un par de aspectos. Faltaría la radio, la tv, los establecimientos públicos, la industria del disco, la piratería, etc… Para todos estos hay ideas menos o mas descabelladas pero ideas. La pregunta es: Hay oídos?

4 comentarios:

juan dijo...

Oídos que además de escuchar actúen. como la experiencia de la Universidad Eafit y sus programas como Primavera musical (clasicos del mundo aquí) o Cindy (festival de nuevas tendencias) o sostener de su cuenta y riesgo una orquesta sinfónica como hoy lo hace.
Pero hay un problema incluso semántico Andrés: ¿a qué te suena la palabra "promoción"? pues aquí suena a barato, a rebaja,a oferta, a ganga... y si tocas una puerta verás que todas se llaman "promoción cultural" y allí hay un doble juego incluso desde el lenguaje: promueven sí, pero sin presupuestos casi. Y para cumplir su labor te piden rebaja.
Pero estamos aquí ante la pauperización del profesional... preguntále a un médico de EPS o a un comunicador inscrito en cooperativa o a cualquiera contratado por la vía de prestación de servicios qué derecho tiene a enfermarse. Y no hay canción que lo salve.
¿Cómo bajan las cifras del desempleo? pues dejando de reportar a ls desempleados. ¿En qué estadística está el músico y donde su salud & pensión?

Recuerdo la dedicatoria de Miguel Bosé en uno de sus discos en tiempos de Aznar " Gracias a ustedes, mi público, porque es a ustedes y no al Estado a quienes debo mi seguridad social".

De pequeño recuerdo las publicidades que prometían casa, carro y beca. Chicos no somos de la generación que aspira a la jubilación porque alguien, que se dice más decente que nos, ya nos la robó.

Quien tenga oídos que escuche, quien tenga ojos que vea, quien tenga manos que actúe. Que llegue el día en que mis impuestos me hagan sentir orgulloso de pagarlos porque sabré con certeza que un porcentaje del diezmo aliviará tu inspiración. Y vos mi corazón.

Anónimo dijo...

Esto me recuerda a alguna vez en que José Perilla nos comentaba como Jazz al parque estuvo a punto de no hacerse, y su evidente reducción a un solo día.

Es triste, mucho, y bueno, creo que talvez tu propuesta resulta ser bastante buena, pero yo creo que aquí, y como van las cosas estamos bastante lejos de lograr algo así. Si ni siquiera invierten en educación, creo que la cultura está lejos, LEEEEJOOOS de convertirse en lo que queremos que sea. La vida de músico, la vida de artista.

Andrés Un Abrazooooo!!

Juan Carlos García Mulett dijo...

Muy buena la idea, pero lo más triste es que tenemos personas que son o han sido artistas en congreso y senado, gente que se ha subido a tarimas y que más de una vez tuvieron que hacer "toques" promocionales solo a cambio de que el público conozca sus temas. Nuestra "puya" debe empezar desde esas personas que en esos lugares (congreso y senado) nos representen a los músicos y artistas. De vez en cuando uno se escandaliza por propuestas de ley cuyo fin es atropellar esta actividad. Qué bueno sería que desde acá afuera notáramos que estas personas están trabajando en representación de nosotros.

Julián Pantoja dijo...

lastimosamente, desde la era del trueque. Siempre se espera retribución por lo que se da, especialmente las instituciones.
Solo habría que pensar en que se les da a cambio a esas instituciones publicas y educativas por patrocinar nuestro arte, porque mientras ellos no encuentren ningun beneficio, nadie los va a convencer.